Explora el corazón de la Alpujarra y descubre algunos de sus tesoros más encantadores.
En el corazón de Almería, mucho más allá de sus playas y el conocido desierto de Tabernas, se extiende una región montañosa repleta de historia y belleza: La Alpujarra almeriense. Este rincón está formado por 22 pintorescos pueblos que se asientan en las laderas de las sierras de Gádor y Sierra Nevada, ofreciendo impresionantes vistas al valle del río Andarax.
Más allá de su altura —que en algunos puntos supera los 2.000 metros—, lo que hace única a esta región es su herencia musulmana. Desde las acequias que riegan los campos hasta las técnicas artesanales que sobreviven al paso del tiempo, La Alpujarra conserva una identidad singular que se percibe en cada esquina.
Hoy te proponemos una ruta por cinco de los pueblos más bonitos de esta región: Laujar de Andarax, Padules, Ohanes, Bayárcal y Fondón.
Laujar de Andarax
Conocido como la capital de La Alpujarra almeriense, Laujar de Andarax es un lugar que te conquistará desde el primer paseo. Su imponente iglesia de la Encarnación, también conocida como la “Catedral de La Alpujarra”, destaca por su singular combinación de estilos barroco y mudéjar. Además, el pueblo cuenta con vestigios históricos, como la Alcazaba de Laujar, donde residió Boabdil tras abandonar Granada.
Laujar no solo atrae por su historia, sino también por su entorno natural. Ubicado en el Parque Natural de Sierra Nevada, es ideal para los amantes del senderismo. Lugares como El Nacimiento o la senda Los Cerecillos – El Encinar son perfectos para conectar con la naturaleza.
Bayárcal
En la frontera entre Almería y Granada, Bayárcal se encuentra en un enclave único rodeado por el barranco de la Ragua. Este pequeño pueblo destaca por sus casas blancas con tejados de teja árabe y su encanto rural. Además, alberga uno de los encinares más importantes de Andalucía, un verdadero santuario natural.
Si decides visitar Bayárcal, no te pierdas el mirador de la Era Felipe, que ofrece unas vistas impresionantes de la comarca, y las rutas de senderismo que cruzan el municipio, como la de los molinos o el GR-7, que conduce al puerto de la Ragua, un lugar ideal para los amantes de la escalada.
Fondón
Este tranquilo pueblo destaca por su plaza mayor, enmarcada por la iglesia de San Andrés y una encantadora fuente antigua. Fondón es un destino perfecto para explorar el pasado gracias a su ruta patrimonial, que recorre casas señoriales y palaciegas de los siglos XVII al XIX.
Para quienes buscan actividad, Fondón cuenta con senderos señalizados que atraviesan su entorno natural. Además, no puedes dejar de visitar la antigua almazara de Fernando Aguilera y el espacio interpretativo de la Parva en Benecid, donde conocerás tradiciones agrícolas de la zona.
Padules
El nombre de Padules significa “pequeñas lagunas”, haciendo honor a los manantiales que rodean el pueblo. Este rincón de la comarca del Alto Andarax conserva su esencia histórica en lugares como la iglesia de Santa María La Mayor, el lavadero de Padules y la Cruz de Humilladero, que guarda memorias de la rebelión morisca.
Uno de sus mayores atractivos son los Canales de Padules, declarados Monumento Natural. Formados por la erosión del río Andarax, estos canales ofrecen un paisaje único de piscinas naturales y senderos, perfectos para un día de aventura o relajación según la época del año.
Ohanes
Situado en las laderas de Sierra Nevada, Ohanes tiene un encanto especial. Este pueblo destaca por ser el primer municipio ecológico de Europa, un título que refleja su compromiso con el medio ambiente. Su corazón es la plaza de Miguel Vizcaíno Márquez, rodeada de casas tradicionales y presidida por la iglesia de la Purísima Concepción.
A pocos kilómetros de Ohanes se encuentra el santuario de Tices, un lugar de peregrinación con unas vistas espectaculares al valle. Otro punto de interés es el castillo nazarí de Ohanes, testigo de la historia y las raíces árabes de la región.
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